No es su día, sin embargo voy a hablar de él. Porque en cada ciudad y suburbio de Irlanda hay importantes iglesias y porque en toda referencia a la “isla esmeralda” hay un trébol. Así que como fundamento de todo lo que hay aquí, es importante saber de San Patricio.
El llamado Patrono de Irlanda, nació en Escocia en el año 387 a.C. Ahí, fue secuestrado por unos ladrones irlandeses, cuando tenía 17 años. Lo vendieron como esclavo a un importante sacerdote druídico. Durante los 7 años estuvo al cuidado del rebaño, alejado de su país y familia, San Patricio se refugió en la oración. Llegó a aprender la lengua Céltica y los principios de la religión Druidismo.
Cuando escapó, volvió con su familia con el firme propósito de entregarse por completo a la religión. Fue acompañante de San Germán, quien lo recomendó ante el Papa para encabezar la misión evangelizadora en Irlanda. Desde su llegada a la isla, se empezaron a presentar milagros y los relatos de éstos le fueron abriendo paso y ablandando el corazón de los irlandeses.
Se dice que en el 433 desembarcó, por lo que serían 60 años de evangelización. El trabajo de San Patricio no fue fácil, pues el Druidismo quería mantenerse utilizando todo tipo de encantamientos y trampas. Incluso varias veces fue capturado y hasta una vez fue sentenciado a muerte. Por todo esto, se le considera también, mártir.
Sin embargo, es cierto que también fueron muchos los que abrazaban el Cristianismo a penas escuchaban de él. Desde granjeros hasta reyes siguieron y apoyaron a San Patricio. Un Santo que no aceptaba regalos.
Un día, San Patricio tomó un trébol de tres hojas, para explicar de manera sencilla la Divina Providencia. Este hecho podría ser el origen de la tradición de los tréboles en Irlanda.
La historia de San Patricio no tiene huella sólo en la vida cultural y religiosa. Gran parte de la herencia arquitectónica del país se refiere a las Iglesias fundadas por los caminos transitados por el Santo.
Cada 17 de marzo, se celebra su día y se considera Fiesta Nacional. Un día como ese, en el año 493 a.C. San Patricio, patrono de Irlanda, murió aquí, en Irlanda. Con los años, el color verde, el duende (leprechaun) y buscar trébol de cuatro hojas, se incorporaron al festejo tradicional, pero eso ya se los contaré otro día.