Propuestas ecuestres

En Irlanda existe gran afición a los caballos.

En muchas oficinas de turismo locales ofrecen gran variedad de propuestas de ocio, vinculadas con estos animales: desde rutas a caballo a visitas a alguno de los 27 hipódromos diseminados por la isla; destacan los de Leopardstown, en Galway, y Punchestown y Curragh, en el condado de Kildare.

Otra opción es visitar la granja National Stud Farm, también a las afueras de Kildare; se trata de un centro de cría de purasangres donde se pueden realizar visitas guiadas.

Esta pasión irlandesa por los caballos se plasma, sobre todo, durante el verano, cuando en muchas ciudades y pueblos organizan fiestas y ferias, que suelen incluir carreras y torneos.

Dublín

En la capital irlandesa, situada en el este de la isla, hay que visitar el castillo, las catedrales de St. Patrick y de Christchurch, el Trinity College –la Universidad más antigua del país– y algunos de sus museos como la National Gallery of Ireland –con más de 2.600 obras de arte–.

Una visita curiosa se realiza a la Guinness Storehouse, una antigua fábrica donde se muestra una exposición sobre el mundo de la cerveza.

Dublín tiene bellos parques por los que resulta un placer pasear; el más emblemático es el St. Stephen’s Green.

Por la noche, la actividad se centra en barrios como Temple Bar, lleno de pubs y restaurantes. El Dublin Pass, de venta en oficinas de turismo, ofrece descuentos en transporte público y visitas.

Cork y el sur

En la ciudad de Cork –Capital Cultural Europea 2005– se puede visitar el Blarney Castle, donde se guarda la piedra Blarney; según la tradición, otorga el don de la elocuencia a quien la besa. Para amantes del whiskey irlandés, el Jameson Heritage Centre es parada obligatoria.

Desde Cork, merece la pena desplazarse a la costa oeste y admirar los paisajes pintorescos de Killarney, de la península de Dingle y del célebre anillo de Kerry.

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